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domingo, 26 de octubre de 2014

A sus 80 años, Leonard Cohen, budista agradecido, dedica su nuevo disco, Popular Problems, a su maestro Kyozan Joshu Sasaki Roshi




TALENTOS Y RECURSOS HUMANOS
TODA UNA VIDA
DESAFÍO DE BIENESTAR

En el budismo zen, Roshi es una palabra cariñosa para nombrar al maestro, el Roshi. Decir maestro Kyozan Joshu Sasaki Roshi es una forma usual de recargar esa expresión


de
lanacion.com.ar

Grabaciones

El budista de linaje rabínico

Por   | LA NACION

Acaba de cumplir 80 años y está más activo y en forma que nunca. Dice, en algunas entrevistas, que al fin desapareció esa melancolía, esa condición depresiva que lo persiguió como una sombra durante buena parte de su vida. Y, como Dylan, parece haber decidido que la ruta y los escenarios (a los que debió volver intensamente hace unos años forzado por la millonaria estafa de su manager que lo dejó en la ruina) le sientan bien, que aún no es tiempo de retiro. Le ha dicho hace un año a Sylvie Simmons, su biógrafa, que en esa vida "regulada" a la que obliga una gira encuentra un paralelismo con la disciplina del monasterio zen de Los Ángeles en el que vivió durante muchos años, sirviendo a su maestro Kyozan Joshu Sasaki Roshi, fallecido hace unos meses.
A él justamente está dedicado su nuevo disco, Popular Problems, editado a solo dos años de Old Ideas (una frecuencia que es otro signo de su fértil estado creativo). Pero no se trata sólo de una dedicatoria; la enseñanza zen es quizá la que está detrás de esta mayor austeridad sonora que permite apreciar más que nunca sus perfectas palabras, esas que busca con la tenacidad de un minero, con la concentración del alquimista.
El hombre que fue mayor casi desde un comienzo, el hombre que llegó ya grande a la explosión de los sesenta siempre se ha enfrentado (y nos ha obligado a hacerlo a los escuchas) a los mismos viejos problemas del ser humano. Aquí está de nuevo confesando que siempre le ha escapado al apuro, que elogia la lentidud (y lo hace incluso en su forma de cantar, como quedándose detrás de los coros); preguntándose y preguntando por el sinsentido de este mundo, como en "Nevermind", una canción atravesada por el pesimismo que solo redimen la voz en árabe del coro. Y llevándonos, no se sabe cómo, en "Samson in New Orleans", de la desolacion que dejó el huracán a aquella perfecta "Hallelujah" que escribió ya hace años y a la que también vuelve en "You Got Me Singing".
Sansón no es la única referencia bíblica de este hombre que abrazó la más atea de las religiones y que, nieto de rabino al fin, escribe "There is no G-d in Heaven, and there is no hell below", en "Almost Like the Blues". El blues, la Biblia y los zapatos que lustra en cada una de las páginas del libro interno: un cambalache deliciosamente Cohen.
Leonard Cohen
Popular problems: Slow, Almost Like the Blues, Samson in New Orleans, A Street, Did I Ever Love You, My Oh My, Nevermind, Born in Chains, You Got Me Singing. (Sony)..

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